Toxo y Méndez deben declarar ante el Congreso de los Diputados

«TRAS los últimos escándalos que han zarandeado al PSOE con los eres andaluces; a CIU, con las suculentas mordidas del 4% y el espionaje; al PP, con los manejos de Bárcenas, se vislumbran ya nuevas revelaciones que colocarán a CCOO y UGT en la picota».

Publiqué este párrafo el pasado día 26 de febrero aquí mismo, en un artículo titulado Contra el chantaje de los sindicatos. La magistrada Alaya ha encarcelado a Juan Lanzas, exsecretario de la Federación Agroalimentaria de UGT en Andalucía, y ha afirmado que miembros de UGT y CCOO «buscaban empresas en crisis para incrementar el negocio» y que ambos sindicatos «cobraban comisiones aunque no hubiesen efectuado trabajo alguno».

Que nadie aproveche, sin embargo, el colosal escándalo de los eres para descalificar a los partidos políticos y a los sindicatos. Los partidos políticos son imprescindibles en la articulación de una democracia plena. No hay que destruirlos sino embridarlos. Es necesario que se democraticen internamente. La descalificación de los partidos políticos el siglo pasado condujo al estalinismo en Rusia, al nazismo en Alemania, al fascismo en Italia, al franquismo en España y al salazarismo en Portugal. Con todos sus defectos es mejor el actual sistema que el de partido único.

Los sindicatos constituyen una pieza clave para defender a los trabajadores de la voracidad empresarial y forman parte esencial de la democracia pluralista plena. No se trata de destruirlos sino de embridarlos. Se han convertido en un negocio y en agencias de colocación para enchufar a parientes, amiguetes y paniaguados. Gastan desaforadamente. Y el 90% del despilfarro sindical se paga con dinero público, con las subvenciones directas o indirectas de las cuatro Administraciones, la central, la autonómica, la provincial y la municipal.

Que presuntamente algunos sindicalistas y los propios sindicatos hayan hecho negocio con el dinero público destinado a los trabajadores sacudidos por los eres, clama al cielo en donde habita el incorruptible Marcelino Camacho. Si con motivo del caso Gürtel o del descalabro de Bankia, han tenido que declarar ante el Congreso de los Diputados, importantes políticos, empresarios de relieve y banqueros de excelencia, como el gobernador del Banco de España, parece obligado que Méndez y Toxo, dirigentes de UGT y CCOO, sindicatos señalados para la magistrada Alaya, comparezcan ante el Congreso de los Diputados, es decir ante la soberanía popular, para dar explicaciones de lo ocurrido en Andalucía. El escándalo producido por la implicación sindical en el latrocinio de los eres es de tal magnitud que los responsables de la tropelía no se pueden ir de rositas. Ha llegado la hora de que Toxo y Méndez comparezcan ante el Congreso de los Diputados y no escondan la cabeza y sus responsabilidades bajo el ala del chantaje sindical.

Afirmaba Lenin que la repetición es clave para hacer prosperar una idea. No le faltaba razón al gran teórico del comunismo. Así es que voy a reiterar lo que he afirmado en varias ocasiones. La regeneración democrática de los partidos políticos y los sindicatos pasa por una ley que, en resumen, diga lo siguiente: «Ningún partido político, ninguna central sindical, podrá gastar un euro más de lo que ingrese a través de las cuotas de sus afiliados».

Luis María Anson es miembro de la Real Academia Española.